martes, 7 de agosto de 2012

El sueño de Corea duró 19 minutos

Publicado en el Magazine de Martí Perarnau.

 

1.- Hay una ley no escrita aplicable a todas las disciplinas humanas, y por extensión al fútbol, que reza que “si algo funciona, es mejor no tocarlo”. Durante los tres anteriores partidos que había jugado desde el inicio Oscar en Brasil, lo había hecho ocupando la zona central, por delante de la línea de mediocentros, para servir de enlace entre la rocosa medular y la habilidosa y muy móvil delantera brasileña. En esa situación, el ex del Internacional es un reloj que mide el tempo del juego de su selección, combina, abre espacios, siendo el mejor amigo de los atacantes y el sosiego de los medios.

2.- En un encuentro en el que se iban a encontrar al rival más táctico de todos los que habían tenido delante hasta ahora, Menezes decidió tratar de abrir el campo introduciendo una variante tan novedosa como sorprendente, Alex Sandro, y metiendo en el banquillo a Hulk, tan desapercibido como titularísimo sobre el papel. La entrada del jugador del Oporto fue para situarse por delante de Marcelo, jugando con un doble lateral que servía para cubrir las subidas del madridista y tratar de ayudar en el medio del campo. La idea, a priori, sonaba bien. El problema es que eso obligaba a situar al director de orquesta, Oscar, en la banda derecha, donde su calidad se difumina y su trascendencia es sensiblemente menor a la habitual.

3.- La desaparición de Oscar de la vanguardia brasileña hacía que el equipo de Menezes no fuera capaz de organizar ni siquiera a cuentagotas un poco de fútbol. De hecho, durante 19 minutos, el grande sobre el campo no fue el equipo sudamericano, sino el asiático. Corea del Sur aprovechó el mejor momento y el mejor escenario para realizar el que ha sido posiblemente su mejor partido hasta el momento en estos Juegos Olímpicos, aunque el luminoso de Old Trafford haga pensar a cualquiera que ha sido absolutamente lo contrario.

4.- Autor del último penalti que eliminó a España en el Mundial de 2002, Hong Myung-Bo es hoy seleccionador coreano. En aquella competición consiguió como jugador y capitán llevar a su equipo al 4º puesto, y ahora estaba dispuesto a superarse y entrar en la final de los JJ. OO. eliminando al gran favorito, Brasil. Y si hubiera tenido algo más de suerte durante los primeros 20 minutos, bien podría haberlo logrado. Dispuso un 4-3-3 con Ki Sungyueng enlazando con los tres de arriba, en donde Ji Dongwon fue el hombre importante de Corea. Salió el equipo con un aire de grandeza que sorprendió a Brasil, incapaz de enlazar más de tres pases seguidos.

5.- La presión coreana era altísima, con muchos hombres incluso por encima de los tres cuartos de cancha contraria y cualquier intento brasileño de salir con el balón en los pies acababa en un contragolpe muy peligroso y en un gran porcentaje en ocasión de gol. A ello colaboraba también la indecisión de la defensa verdeamarela, lo que generaba inseguridad en cada jugada que entraba en el área brasileña. Además, Ji aprovechaba cada opción desde la distancia para probar su pierna derecha, bien utilizada contra Gran Bretaña, pero hoy con la mira unos pocos centímetros sobre la portería de Gabriel.

6.- Marcelo es un jugador extraordinario. Cuando está en forma es capaz de romper una defensa con una carrera meteórica y volver a defender, siempre con menos confianza en esto último, pero mejorando con la edad al adquirir madurez. Uno de sus movimientos rompió el partido y metió el miedo en el cuerpo a Corea, brava en todos los aspectos hasta que el lateral rompió a correr y sirvió a Damião, que chocó con Bumyoung Lee y dejó escapar la oportunidad de adelantar a su equipo. El golpe no sólo dolió en la rodilla del portero coreano, sino a todo el equipo, que sintió cómo un escalofrío le recorría la columna vertebral, algo que hasta ese momento habían imaginado pero no sufrido.

7.- Desde ese momento, el partido fue de la Canarinha, sin querer, pero lo fue. La intención de jugar de Brasil fue nula hasta que no tuvo una ventaja en el marcador suficiente para ello. En los primeros minutos olvidó cómo se presiona la posesión de balón rival y la jugada de Marcelo le hizo recordar. Así que se pusieron a ello, a presionar, a buscar al jugador con el balón y cerrarle los espacios para recuperar y salir con el cuchillo de Rambo entre los dientes. En una de esas llegó el inocente gol de Rômulo. Robo, Neymar sale subido en la Yamaha hasta que cede a Oscar, que ve solo a Rômulo. El jugador del Spartak disparó mordido, flojo y sin convicción, aunque fue suficiente para superar a Lee, perdido en la indecisión sobre si atajar con la mano o con los pies.

8.- La ambición coreana sufrió una herida de muerte y no volvió a confiar en sí misma. Con más de 45 minutos por delante, todo podía pasar, pero verse perdiendo después de haber realizado una primera parte soberbia duele y mucho. Los movimientos de balón de la medular liderada por Ki eran mucho más imprecisos y desconfiados y tan sólo Ji conseguía seguir haciendo temblar a los aficionados cercanos al marco de Gabriel. Si a la desesperación por ir perdiendo a pesar de jugar bien se le une una decisión arbitral polémica, lo único que se puede esperar es que la situación psicológica del equipo sólo pueda ir a peor.

9.- Una vez que Corea había entregado las llaves de su ciudad, Brasil se paseó por las calles de Seúl con libertad, saqueando todo lo que encontraba a su paso. Neymar recuperó la sonrisa perdida en el primer tiempo y localizó los espacios que antes no podía abrir. Con la entrada de Hulk al campo por Marcelo, Oscar recuperó su posición central y el beneficiado de la decisión de Menezes fue Damião, máximo goleador del campeonato con su segundo doblete consecutivo.

y 10.- Brasil no volvió a hacer daño después del minuto 64, momento en el que Damião marcó su segundo tanto de la noche. Puede que sea por una norma interna no publicada que diga que hay que marcar tres goles por partido, ni más ni menos. Y no será porque no quiso aumentar Neymar la renta. Brasil ya está en la final deseada. El objetivo antes de empezar era disputar el último partido de los Juegos para luchar por el ansiado oro. Medio objetivo está cumplido. Ahora hace falta que los aztecas no se interpongan en el camino de los favoritos. México debuta en una final y llega como el rival más débil, pero tiene un ejemplo en el recuerdo: la Nigeria de Nwankwo Kanu en 1996.

Corea del Sur-Brasil (Torneo de fútbol masculino JJ. OO. Londres) Semifinales. 7-agosto-2012. Estadio Old Trafford de Manchester. 0-3 (Rômulo, Damião, Damião).

- Fotos: London2012.com

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