lunes, 8 de noviembre de 2010

Culpables por alta traición



Aprovechando que el derbi madrileño por excelencia se disputó ayer, me ha venido a la cabeza el momento en el que José Antonio Reyes le dio, con sus dos goles al Mallorca en la última jornada, la Liga 2006-2007 al Real Madrid de Capello. Quién le iba a decir al extremo utrerano en ese momento que mañana jugaría contra el Madrid y sería uno de los líderes del eterno rival blanco. Este tipo de cambio de aires no ha sido muy común en los últimos años entre Real Madrid y Atlético de Madrid. Posiblemente desde los traspasos de Bernd Schuster del Madrid al Atleti y de Hugo Sánchez en el sentido opuesto no se ha dado un caso demasiado destacable.

Y, además, si tenemos en cuenta que cuando Reyes jugó de blanco pertenecía al Arsenal, podemos decir que el último traspaso real entre ambos clubes se produjo al finalizar la temporada 1999-00 cuando el Atlético traspasó a Santiago Hernán Solari al Madrid.
El Real Madrid también traspasó a José Manuel Jurado al Atlético, aunque tenía ficha como jugador del Castilla en el momento del fichaje. Otros dos jugadores formados en la cantera blanca que pasaron por el Atlético fueron José Antonio García Calvo y Miguel Ángel Ferrer “Mista”, que no tuvo mucha suerte en la Ribera del Manzanares, después de triunfar en Mestalla.
Aunque seguramente el caso más recordado sea el de Raúl. El ex jugador del Real Madrid jugó en las categorías inferiores del Atlético antes de su traspaso al club por entonces presidido por Ramón Mendoza.

El puente aéreo

Posiblemente no haya jugador más odiado por una afición que el que cambia el Real Madrid por el Barcelona o viceversa. Buena cuenta pueden dar de ello jugadores de la talla de Schuster o Luis Enrique. Muchos fueron los que, antes y después de ‘Lucho’, cambiaron la elástica blanca por la culé o la azulgrana por la merengue.En los últimos 15 años el Real Madrid ha contratado a cuatro jugadores con pasado azulgrana, Luis Figo, Albert Celades, Ronaldo y Javier Saviola, por otros tantos madridistas que pasaron a barcelonistas: el propio Luis Enrique, Dani García y Alfonso. Resulta curioso ver hoy en día a varios de estos jugadores lucir la camiseta de su club original a la hora de jugar con los veteranos. Milla juega con el Barcelona y Dani y Alfonso con el Real Madrid.
Italia es traicionera
Aquí en España un traspaso entre los dos grandes enemigos es visto como una catástrofe mundial para el que sufra la pérdida del jugador y, para no hacer sangre, no suele pasar muy a menudo. Pero en Italia es el pan nuestro de cada día. Varios son los jugadores que han llegado a jugar en los tres gigantes italianos. Destacamos en primer lugar a Roberto Baggio, que triunfó con todas las de la ley en la Juventus, consiguiendo incluso un Balón de Oro en 1993, tras proclamarse campeón de la UEFA con los transalpinos. Tras estos maravillosos años, Baggio pasó por el Milán sin pena ni gloria, al igual que por el Inter, donde no volvió a dejar esos destellos del grandísimo arte que poseía con el balón en los pies.


Christian Vieri vivió la misma situación que Baggio, cambiando que el equipo donde triunfó fue en el Inter, club al que llegó después de jugar en Juve, Atlético y Lazio. Años después, ya en su declive profesional, jugó sólo medio año en el Milan.
El último en lograr jugar en los ‘capos’ italianos ha sido Zlatan Ibrahimovic. El sueco dejó la Juventus el año del descenso para fichar por el Inter de Milán, donde ganó cuatro Scudetti seguidos, pero se fue al Barcelona justo cuando los de Mourinho ganaron la Copa de Europa. Este año volvió a Milán, pero para ser un rossonero, esperando reencontrar al gran ‘Ibra’ que se vio en el Inter.
El mismo camino que tomó Baggio, es decir, pasar de la Juventus al Milan fue el que siguió Filippo Inzaghi. Pippo llegó a San Siro en el 2001, después de cuatro años en Turín.


Sonados son también los traspasos entre Inter y Milan, sobre todo en dirección rossonera. Andrea Pirlo y Clarence Seedorf cambiaron de camiseta pero no de estadio en 2001 y 2002 respectivamente, Pirlo previo paso por la Reggina.
Los más traidores
Hay jugadores que no se han contentado con hacer sólo una traición a un equipo, sino que se lo hicieron a dos. El mítico Ronaldo, que durante muchos años fue el legítimo heredero de O Rei Pelé, se ha hecho famoso además por jugar en equipos rivales entre sí. Después de un año en Barcelona, donde se convirtió en el mejor jugador del mundo, Ronaldo fichó por el Inter. En Milán mantuvo los grandes números que lo llevaron a ser el más grande, hasta que una lesión infinita parecía apartarle definitivamente del fútbol. Pero se recuperó y volvió a lograr su máximo nivel en el Mundial de 2002. Y Florentino no podía dejar escapar la perla del Mundial y se lo trajo al Madrid. Primera gran traición de O Fenomeno. Cuando en España se le tildaba de gordo y de fiestero, la puerta del Bernabéu quedó abierta y Ronaldo decidió hacer las maletas y poner de nuevo rumbo a Milán, pero esta vez al AC Milan, completando así el círculo de alta traición.


Un caso del mismo estilo es el del inglés Michael Owen. Desde que era un joven niño, Owen vivió con intensidad el derbi del Merseyside, pero como un hincha del Everton. Pero el primero en darle una oportunidad como futbolista fue el Liverpool, eterno rival de su equipo del alma, por lo que no dudó en cambiar el azul por el rojo. Fue ‘red’ durante trece años, ocho de ellos los pasó en el primer equipo, convirtiéndose en el líder absoluto del Liverpool campeón de la UEFA y de la FA Cup en 2001. Esa gran temporada le valió para ser el Balón de Oro más joven de la historia, al ganarlo con sólo 22 años. Tres años después, los dueños ‘reds’ lo malvendieron al Real Madrid, donde realizó unos grandísimos números, a pesar de entrar casi siempre desde el banquillo. Y tras su paso por el Newcastle, Sir Alex Ferguson reclamó su fichaje para el Manchester United, encarnizado rival del Liverpool.
El índice de traiciones está bajando en los últimos años, quién sabe qué jugador será el próximo en unirse a este selecto club.