
El Murcia tiene ante sí la oportunidad más clara en su centenaria historia de eliminar al Real Madrid. El próximo 10 de noviembre, en el Santiago Bernabéu, los chavales de Iñaki Alonso pueden crear un nuevo hito, un “pimentonazo”. Pero la ambición no debe detenerse ahí. Inmerso en la lucha por el ascenso a Segunda, los grana aportarían a la necesitada afición una dosis de entusiasmo que sería como un plato de comida en boca de un hambriento. Numancia, Figueres y Castilla son los ejemplos en los que pueden mirarse el Real Murcia. Todos ellos inscribieron su nombre en la historia de la Copa con letras de oro.
Estadio
La hazaña más recordada
Un espejo en el que se puede mirar el Murcia y muchos otros es el caso del Numancia de Soria en la temporada 1995-1996. Lotina dirigía a unos jugadores liderados por José María Movilla que disputan la Liga en los infiernos de 2ªB. El sorteo le emparejó en primera ronda con el San Sebastián de los Reyes y tras pasar de ronda se enfrentaron a
La Unió Sportiva Figueres es un pequeño club de fútbol de la provincia de Gerona. En sus 91 años de historia, el club ha participado en siete ocasiones en la Segunda División y ninguna en la División de Honor, lo que hace pensar que no se ha codeado nunca con los grandes del fútbol nacional. Pero no es del todo cierto. En la temporada 2001-2002, el Figueres, militando en Segunda División B, pasó a ser uno de los equipos más ensalzados de toda España. Desde la segunda eliminatoria, donde echó del torneo al Barcelona dirigido por Carles Rexach, el Figueres demostró que se tomaba muy en serio este torneo. Luego vendría otro ‘primera’ como el Atlético Osasuna, que cayó a manos de los catalanes en los penaltis. En octavos se produjo un duelo de equipos de la División de Bronce, entre el Figueres y el Novelda. Tras eliminar a los valencianos, tocaba el Córdoba, que también sucumbió. El Figueres ya había hecho historia. Se convirtió en el primer conjunto de Segunda B que participaba en unas semifinales de la Copa del Rey. Y pudo ir a más, porque estuvieron a punto de dar otra sorpresa más y eliminar al Deportivo de la Coruña, que sólo pudo imponerse al modesto equipo gerundense por un resultado global de 2-1. El equipo gallego ganaría ese torneo en el Bernabéu en el ‘Centenariazo’
El filial europeo
El mejor ejemplo para el Real Murcia es el Castilla. Cierto es que aquel filial del Real Madrid disputaba la Segunda División y tenía un gran equipo, repleto de jóvenes valores que posteriormente serían determinantes en el esquema del conjunto merengue, como Agustín o Gallego. Pero no cabe duda de que se trataba de un equipo, en teoría, inferior a los que disputaban la liga superior. Sea como fuere, el año 1980 nunca se borrará de la retina de los aficionados madridistas. El Castilla se clasificó para la final de la Copa del Rey, que disputó contra su hermano ‘mayor’, el Real Madrid de Juanito, en el Santiago Bernabéu, como no podía ser de otra manera. El equipo filial elimino hasta cuatro equipos de Primera. Hércules, Athletic de Bilbao, Real Sociedad y Sporting se vieron sorprendidos por la calidad y el atrevimiento de los jóvenes canteranos blancos. Cabe recordar que la Real Sociedad acabó esa temporada como subcampeón del torneo de la regularidad, lo que aporta más mérito si cabe a la gesta conseguida por el Castilla. La final no tuvo más historia. Seis a uno ganaron los mayores, que compartieron el trofeo con los ‘pequeños’ en el centro del campo de la ‘Casa Blanca’. El Castilla se convirtió así en el único filial de la historia en disputar una competición europea, la Recopa.
¿Sueño o utopía?
Para un aficionado murcianista, comparar las plantillas de ambos equipos no serviría más que para olvidar la posibilidad de la victoria. Pero si algo ha demostrado este Murcia hasta el día de hoy es que es muy difícil hacerle goles, algo fundamental si se quiere pasar de ronda. Mantener la misma intensidad en el Santiago Bernabéu que la demostrada en la Nueva Condomina va a ser muy difícil, pero una mala noche la tiene cualquiera, incluso el Real Madrid de Mourinho, que parece infranqueable. Y, si el sueño se cumple, si el Real Murcia pasa de ronda, habrá que mirar hacia delante y afrontar con ambición y hambre las siguientes eliminatorias. Es una oportunidad única para pasar a la historia.