Publicado en ElMundo.es.
Hasta hace bien poco, Milan e Inter vivían sumidos en una extraña crisis que estaba haciendo temblar los cimientos del estadio que comparten, llamado San Siro, barrio de Milán donde está ubicado, nombre más utilizado por los milanistas por aquello de no nombrar al mítico jugador y directivo interista que le da nombre oficialmente, Giuseppe Meazza, a pesar de que el otrora delantero defendió la camiseta de ambos conjuntos durante su larga carrera deportiva: trece años la del Ambrosiana-Inter, denominación que tuvo durante varios años el Inter, y otras tres con el Milan.
El club ‘rossonero’ ha comenzado a recuperar la sonrisa de forma progresiva, aunque sin prisa. Empezó la temporada viendo cómo la mayoría de sus mejores jugadores durante la última década abandonaban la entidad por diferentes motivos. Seedorf, Nesta, Inzaghi, Gattuso, todos ellos decidieron que habían cumplido un ciclo en sus carreras y buscaron la vida lejos de Milán. Todos menos Filippo Inzaghi, que ahora es entrenador de los ‘alievi’, los alevines milanistas.