domingo, 31 de enero de 2010

Guti, o el mago gris


Único por muchos motivos, el de Torrejón despierta el odio y envidia de sus rivales y la admiración del resto · Eso sí, no deja indiferente a ninguno

(Rescato aquí un viejo artículo que escribí para mi antiguo blog sobre el genio de Torrejón)

De esta manera tan soberbia, Guti dejó solo a Benzema para hacer el 0-2

En el fútbol de hoy en día estamos acostumbrados a encumbrar a jugadores que nacieron fuera de nuestras fronteras como los mejores del mundo. Desde siempre han sido más valorados los foráneos que los nacionales. Di Stéfano, Pelé, Maradona, Cruyff, Ronaldo, Zidane, Ronaldinho, Kakà... y demás futbolistas que eran los ídolos de muchos jóvenes españoles. Pero España no ha carecido de grandes estrellas mundiales. Quizá el más grande fuese Francisco Gento, ese mítico extremo izquierda que jugó ocho finales continentales con el Real Madrid, ganando seis de ellas. Pero hoy en día siguen habiendo jugadores españoles con muchísima clase, con ciertas características que no se ven en otros. José María Gutiérrez, 'Guti', es de esos futbolistas que tienen algo más que el resto. Siempre se ha dicho que jugadores como Ronaldo, Zidane, Ronaldinho, etcétera, te pueden resolver ellos solos un encuentro. Pues Guti también. La visión de juego de Guti no la tiene casi nadie en el mundo. Y ha esa visión se le añade una maestría para colocar el balón en el sitio justo que, si fuera italiano o argentino, ya se habría llevado un Balón de Oro, por lo menos. Pero además de ser español, Guti tiene otro problema: es un canterano que ha jugado toda su vida en el Real Madrid. Sí, aunque no lo parezca, es un problema. Siempre ha vivido a la sombra de Raúl. El hoy capitán blanco era el 'bueno' de esa generación que dio la cantera blanca, entre los que se encontraba Guti. Desde un primer momento, allá por 1995, Guti fue un actor secundario, un jugador que salía al campo sólo para cubrir el puesto de un jugador titular. Así estuvo muchos años. Además, tenía la ventaja de que no había costado un duro al Madrid, por lo tanto no pasaba nada con dejarlo en el banquillo o en la grada. Pero Guti es un jugador de raza, de los que disfruta jugando y de los que siempre quiere ganar. Su afán, a veces insostenible, le ha jugado muchas malas pasadas, y muchas expulsiones absurdas que le colgaron el cartel de 'niñato', de jugador polémico. Se veía que rendía en muchas posiciones: de delantero centro (marcó 14 goles en la 2000-01), de medio centro, de media punta, de interior, incluso de medio defensivo. Por lo tanto se contrataba por muchos millones a un jugador titular, y Guti le cubría el sitio.
Con el paso de los años, con la caída de la era
galáctica, Guti fue cobrando protagonismo, bien por necesidad, bien por merecimiento, pero Guti empezó a ser importante. Y fue en este momento cuando destapó su mayor característica, su mejor arma: el pase de gol. Era el último año de Zidane de blanco, y el Madrid le buscaba un sucesor, un jugador capaz de ver un hueco donde no lo había y crear un gol. Y lo tenía en casa. Un servidor todavía recuerda con emoción el partido entre Real Madrid y Sevilla aquel año 2006 en Chamartín. Guti marcó un gol y le dio otros tres en bandeja a su maestro, Zidane. Uno de esos pases fue un taconazo de espaldas que dejó al galo sólo ante Palop. No falló y el Madrid ganó 4-2.
El año siguiente se creía que Guti sería indiscutible, pero el entramado defensivo de Capello le volvió a sentar. El italiano le encontró un sitio a Guti... en las segundas partes. Y el de Torrejón no le falló, dando muchos pases imposibles que acababan en gol. Gracias a su visión y al acierto de Van Nistelrooy, el Real Madrid pudo poner fin a tres años de sequía conquistando la Liga.
Y la siguiente temporada tenía que ser el líder del equipo de Schuster. Y lo fue siendo. Eso sí, no podía faltar la polémica. Un mal partido suyo y de su equipo en Murcia cabreó a Guti, que haciendo una de las suyas, fue expulsado. Eso cabreó al alemán, que no dudo en castigarlo con el banquillo. Además, la buena labor de Sneijder y Baptista le cerraban el paso. Pero cuando por necesidad tuvo que volver, se asentó definitivamente en el once de Schuster. Con Baptista, con Sneijder, con Gago, con Diarrà... da igual con quien juegue, Guti los hacía jugar. El 10 de febrero de 2007 fue otro ejemplo, quizá el más claro, de que Guti es, a pesar de todo, un fuera de serie. Su partido me llevó a escribir este artículo, ya que creo que fue el mejor partido de Guti desde que forma parte del primer equipo del Real Madrid.

Ayer, Guti volvió a callar bocas, como la mía. Ese gesto, ese taconazo que sirvió para que Benzema marcase el gol más fácil de su carrera, está a la altura de los más grandes. Además, Guti lo disfrutó más que ninguno. 15 años en el Madrid y nunca había ganado en La Coruña. Guti salió ayer contento por muchos motivos. Volvió a ser el Mago Guti.




Gol de Zidane tras un taconazo brutal de Guti



Guti repite esta vez con Benzema contra el Deportivo