sábado, 4 de agosto de 2012

Una prueba de madurez

Publicado en el Magazine de Martí Perarnau.

 

1.- Estos cuartos de final de los Juegos Olímpicos suponían una buenísima prueba de madurez para un equipo joven pero con las ambiciones y necesidad de victoria de Brasil. Y el duelo era un reto no precisamente porque el rival fuera Honduras, selección que llegaba con pocas opciones en la fase de grupos al ser una plantilla humilde, sino porque el partido se puso muy pronto en contra de forma inesperada.

2.- Cierto es que todas las selecciones en los JJ. OO. tienen en su gran mayoría jugadores de menos de 23 años, por normas de competición, pero, a diferencia del resto, la base de la Canarinha absoluta está compuesta por estos hombres que están defendiendo a Brasil en Londres. Casi todos estos 18 jugadores serán los que tendrán que jugar el Mundial casero de 2014, añadiendo a los David Luiz, Ramires… Es decir, estos chavales que apenas han superado la pubertad tendrán que enfrentarse dentro de dos años al mayor reto de sus carreras: bordar una nueva estrella en la camiseta brasileña. Por ello deben madurar y aprender a competir en situaciones desfavorables contra rivales en teoría muy inferiores que se ponen por delante sin casi darse cuenta.

3.-
Honduras ganó a España sin jugar bien. Al contrario que Japón, los centroamericanos tuvieron contadas ocasiones de gol, aprovechando una de ellas, y luego tuvieron toda la suerte del mundo, tanto por los palos como por los penaltis. El Barça también se atasca contra rivales que plantean de esa forma los partidos. Ese ejemplo de juego, al igual que le pasa al Real Madrid, beneficiaba a Brasil por su estilo directo, sin demasiada transición por la medular y con destellos fulgurantes de sus estrellas que desequilibran duelos herméticos.

4.- Pero hoy Honduras cambió su estilo. Obviamente, cedió el balón a Brasil porque no pueden ni quieren llevar la iniciativa del juego. Pero el 4-5-1 del entrenador colombiano Luis Suárez permitía acumular suficientes jugadores en el centro del campo como para ser capaces de organizar ataques creativos que resultasen más peligrosos que un simple pelotazo buscando a Bengtson. Roger Espinoza sacó su manual, lo puso sobre el tapete de St. James’s Park, y comenzó a dar una lección de cómo mover una medular de un equipo que trata de defenderse con control. Su expulsión final no cambia en absoluto su enorme partido. Ejercía la presión sobre el poseedor del balón brasileño sin que su esfuerzo supusiera dejar libre un espacio para beneficio del rival.

5.- Ahí entraba en juego el buen trabajo del mediocampo hondureño, donde todos se ayudaban entre todos, cerrando los huecos que abrían los demás. Luego Espinoza se encargaba de organizar la contra, donde casi siempre encontraba a Mario Martínez, autor de un soberbio gol de volea que, afortunado o no, resultó de una gran belleza para el espectador.

6.- Todo el esfuerzo parecía haber sido en balde después de que el árbitro de la contienda, Felix Brych, tomara la decisión que cambió el destino del partido. En dos minutos, Wilmer Crisanto se llevó dos tarjetas amarillas que dejaban a su equipo durante casi una hora en inferioridad numérica. Sin entrar a valorar la justicia o injusticia de la sanción, ese tipo de reacciones tan rápidas de los directores de la contienda pueden minimizar de forma considerable un espectáculo tan grande como son unos cuartos de final de unos Juegos.


7.- Afortunadamente, hoy no ocurrió tal cosa. El partido siguió teniendo un ritmo muy alto (no tan alto para que se mostraran once cartulinas amarillas) y tenía una enorme emoción. Brasil siguió con el cuero en los pies, echando en falta a Óscar, menos presente de lo habitual en los ataques brasileños y, sobre todo, a un Neymar con menos eficacia de la habitual. De hecho, hoy Damião se ha convertido en el auténtico crack que necesitaba Brasil. Es un delantero que, además de ser ágil y técnico, utiliza de una forma maravillosa todo el cuerpo. Cuando recibe de cara, es prácticamente imposible quitarle el balón, aunque los defensas se le echen encima, cubre el balón y lo cede a sus compañeros para que continúen la jugada o, como en el caso del tercer gol de la verdeamarela, se gira en el eje del rival y bate a Mendoza. Dejó clara también su agilidad y picardía cuando aprovechó un error de la defensa hondureña en el despeje para poner el 1-1 antes del descanso.

8.- La segunda parte comenzó de la forma que nadie en Newcastle podía esperar. En una de sus demostraciones físicas, Espinoza hizo advertir al público que no es un jugador especialmente dotado de técnica. De hecho, cuando remató a puerta desde la frontal se resbaló y ni siquiera miró hacia dónde se dirigía el balón, creyendo que su disparo, forzado y blando, se marcharía fuera o lo atraparía Gabriel. Ni una ni otra. El esférico se coló en la portería justo pegado a la base del poste derecho, lo que deja en evidencia al nuevo portero del Milan, mal colocado, y al defensa del Inter Juan Jesús, flojo y descoordinado en la marca del hondureño.

9.- El partido se ponía muy feo para Brasil. Otra prueba de madurez que afrontar. Después de haber conseguido empatar y verse con superioridad numérica, se encontraban otra vez por debajo en el marcador. Pero la prueba no duró más de un minuto, tiempo suficiente para que Damião, otra vez fundamental, sufriera un penalti tan claro como innecesario de Velasquez. No hubiera sido tan grave si el lanzamiento de Neymar no hubiera ido tan pegado al palo, haciendo inútil la buena estirada de Mendoza, intuyendo la dirección del balón.

10.-
Algo de lo que careció Brasil en los anteriores partidos en estos Juegos es la capacidad de dormir de forma eficiente un partido con ventaja. Les costaba tener el balón sin perderlo en zona peligrosa y, además, no conseguían llegar al área contraria con peligro para terminar de sentenciarlo. Hoy no pasó eso. Contra diez hombres, Brasil supo gestionar la media hora restante con eficacia, sin ver peligrar el 3-2 final, jugando en todo momento en tres cuartos de campo hondureño. Lucas dio refresco y aunque no consiguió generar demasiadas ocasiones, sí que fue un alivio para una delantera brasileña que parecía afectada en algunos momentos por el cansancio.

y 11.- Sufriendo más de la cuenta, la Canarinha ya está en plena lucha por las medallas, ansiosa por saber con quién se medirá para buscar la final de Wembley. Hoy habría venido como anillo al dedo un partido sencillo, sentenciado rápidamente, porque Neymar está empezando a fatigarse. Siempre incisivo, siempre entregado a la causa, el del Santos hubiera agradecido unos 20 minutos de reposo. Puede ser una desventaja seria para la penúltima ronda.

- Brasil-Honduras (Torneo de fútbol masculino JJ. OO. Londres) Cuartos de final. 4-agosto-2012. Estadio St. James’s Park de Newcastle. 3-2 (Martínez, Damião, Espinoza, Neymar, Damião)

- Foto: London2012.com

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