miércoles, 1 de agosto de 2012

Paseando por el parque de Saint James

Publicado en el Magazine de Martí Perarnau.


1.- Si en los anteriores partidos la selección de Brasil se había mostrado netamente superior, siempre tenía ciertos momentos en los que les costaba hacerse con el control del partido, ya fuera por el buen hacer de su rival o por la poca intensidad que empleaban por el resultado favorable casi definitivo. Hoy, en Saint James’s Park, Brasil no ha jugado a un nivel estratosférico, no ha enamorado a los espectadores, pero no ha sufrido en ningún momento y ha tenido el encuentro en la mano desde el pitido inicial hasta que el árbitro decidió que había llegado el final.

2.- Como era de esperar, después de conseguir la clasificación matemática para cuartos y tener el primer puesto asegurado de forma virtual, Mano Menezes aprovechó para refrescar un once que va a disputar prácticamente todos los minutos que le queden a la Canarinha de aquí al final de los Juegos Olímpicos. Cuatro jugadores habituales se sentaron en el banquillo para ver cómo Gabriel, Alex Sandro, Lucas y Danilo tenían una oportunidad de demostrar que el seleccionador puede tirar de ellos cuando lo crea oportuno. También se produjo un cambio en la posición de ariete, donde Leandro Damião volvió a ser el ‘9’ que lleva en su camiseta, por encima de Alexandre Pato, espectador en Newcastle.

3.- Los cambios se han producido, como se vislumbra por los nombres de los jugadores introducidos, en el medio del campo y en la delantera, además de en la portería. No estaba Rómulo, tampoco jugó Óscar y el inapreciable Hulk (futbolísticamente hablando en estos JJ. OO., físicamente se aprecia sobradamente). Lo que no varió, curiosamente, fue la defensa. La zaga es la zona más débil hasta ahora de la selección brasileña, como demuestran los tres goles encajados en los dos choques precedentes: 2 hechos por Egipto y 1 por Bielorrusia. Que Rafael, Thiago Silva, Juan Jesús y Marcelo comenzaran el tercer partido sólo puede significar una cosa: Menezes quiere que aprendan a jugar juntos, que se entiendan entre ellos y que limen las emergentes asperezas que demostraron en los días anteriores. O puede también que sea un simple castigo por sus fallos.

4.- El que también seguía sobre el césped era Neymar. Al más puro estilo de Messi o Cristiano Ronaldo, Neymar quiere jugar los máximos minutos posibles porque, cuanto más juegue, más probabilidades tendrá de hacer más cosas, como marcar goles o dar asistencias, y por el camino dejar alguna que otra filigrana para la galería. No obstante, el partido del jugador del Santos fue mucho menos brillante que lo visto hasta el momento. A Neymar le faltaba Óscar. En el centro del campo no tenía un compañero con el que hacer una pared para salir de una presión, abrir un espacio donde no lo hay o recibir una asistencia en una posición ventajosa. El hombre que puso Menezes que podía estar en la misma onda que Neymar era Lucas, pegado en exceso a la línea de cal derecha, lejos de la zona de influencia predilecta de Neymar, la izquierda. La baja de Ganso le robó ese amigo que necesitaba para ser él mismo.

5.- Pero la ausencia de fluidez de Neymar no evitó que Brasil encontrara el camino del gol con relativa sencillez. Nueva Zelanda es un equipo ciertamente limitado, incapaz de defender en zona, de cerrar espacios y sin presión al hombre y salida rápida al contragolpe no se le puede hacer daño a Brasil. El seleccionador neozelandés, Neil Emblen, empleó a los mismos once hombres que jugaron los dos primeros partidos del grupo, dispuestos en un 1-4-4-2 que ni se agrupaba atrás para impedir la circulación del balón, ni presionaba arriba para impedir la salida de la pelota.

6.- Ello permitió a Brasil marcar el primer gol con una facilidad pasmosa, que no le quita belleza e inteligencia al tanto de Danilo. El jugador del Oporto recibió en tres cuartos de cancha. De espaldas a portería recogió Damião, que completó la pared para que Danilo superase a un O’Keefee que llegó a rozar el esférico. Pero si ese tanto fue bonito de ver, más lo fue el segundo. La entrada de Alex Sandro dio más libertad a Marcelo. Ambos se intercambiaban las posiciones, siendo lateral o interior indistintamente. La pared la sirvió Marcelo con un taconazo en profundidad que introdujo a Alex Sandro dentro del área para que diera el pase de la muerte a Damião. Golazo.

7.- En esos momentos, la libertad era palpable en los jugadores brasileños. Sabedores tanto de su superioridad como lo intranscendente para la clasificación del resultado, comenzaron a tocar el balón al primer toque con brillantez y soltura, mientras los neozelandeses sólo podían mirar y nunca tocar. Pero de todas formas todavía hay ciertos matices que mejorar en el juego brasileño, la mayoría en la faceta defensiva. Aunque Nueva Zelanda no tuvo prácticamente el balón, crearon dos ocasiones claras que bien podían haber afeado el resultado, pero no complicarlo, la superioridad era muy alta.

8.- Otro de los problemas de esta Brasil es la desgana que padece una vez el resultado es prácticamente definitivo. Lo sufrió fuertemente contra Egipto, pero no consigue corregirlo. Después del gol de Sandro, los jugadores redujeron su movilidad y presencia exponencialmente con cada minuto que pasaba, lo que unido a la incapacidad neozelandesa convierte los últimos 40 minutos del partido en una pachanga de verano entre dos equipos sin pólvora. Brasil dejó de correr por Saint James’s Park para comenzar a pasear por el parque de Saint James. Duerme el partido como sólo España sabe (la absoluta en la Eurocopa dio una cátedra continua). La presencia de delanteros como Lucas y Damião pasa desapercibida, mientras que los pases entre los mediocentros y la defensa son la última moda.

y 9.- Lo bueno que tiene jugar a un ritmo bajo durante muchos minutos es que la fatiga de los jugadores al final del partido es mucho menor que si hubieran estado encendidos durante todo el choque. Por ello, Brasil llegará a cuartos de final (donde con casi total seguridad jugará contra Honduras) fresca, con la mente descansada y animada a seguir cumpliendo con el objetivo del oro. Óscar estará como nuevo para hacerle un traje a medida a la defensa hondureña y volverá a encontrarse con su amigo Neymar. Ese día se podrá volver a disfrutar del verdadero Brasil.

Brasil-Nueva Zelanda (Torneo de fútbol masculino JJ. OO. Londres) Grupo C. 01/08/2012. Estadio St. James’s Park de Newcastle. 3-0 (Danilo, Damião, Sandro).

- Foto: AFP

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