
1.- A pesar del sufrimiento durante una amplia fase, el partido se jugó según el ritmo que impuso Rusia en todo momento. Después de unos minutos de dudas y asentamiento sobre el terreno de juego, el equipo de Advocaat se comenzó a apropiar del balón. Es un equipo que sabe qué hacer con el esférico y tiene jugadores capaces de moverlo con calidad, siempre con la portería de Petr Čech en mente.
2.- La superioridad numérica en el centro del campo de la República Checa no estaba siendo efectiva. Michal Bílek jugó con un 4-5-1 claro con la intención de quitar el balón al rival para no sufrir con su débil defensa, que se vio avasallada en la primera media hora del primer tiempo. Rusia, por su parte, jugaba con tres centrocampistas naturales, dos mediapuntas y un punta que se desplazaba por todas las partes ofensivas del campo, lo que daba versatilidad y movilidad al ataque ruso. Pero para dominar el esférico, Advocaat adelantó la posición de sus laterales, que se convirtieron en carrileros muy largos, lo que daba al equipo ruso un número superior de jugadores en la medular, sobre todo en la izquierda, donde Zhirkov fue muy incisivo.
3.- Rusia tenía que aprovechar su mejor juego para adelantarse en el marcador. En una de las muchas jugadas de combinación de los rusos, encontraron el hueco en la banda derecha, donde se incorporó Zyryanov para centrar. Remató Kerzhakov al palo, comenzando su aciaga noche (después fallaría hasta seis ocasiones más) y el rechazo sirvió para que Dzagoev fusilara a Čech. El gol sirve para analizar el trabajo de Zyryanov, el jugadorazo oculto del partido. La jugada nace de un robo del propio futbolista del Zenit en campo propio, dejando ocho jugadores checos por delante de la línea medular, y tras la cabalgada de Dzagoev, Zyryanov aparece en el pico del área para poner una rosca elegante y efectiva a la cabeza del ex delantero sevillista.