viernes, 8 de junio de 2012

Rusia contiene y sentencia a los checos

Publicado en el Magazine de Martí Perarnau.



1.- A pesar del sufrimiento durante una amplia fase, el partido se jugó según el ritmo que impuso Rusia en todo momento. Después de unos minutos de dudas y asentamiento sobre el terreno de juego, el equipo de Advocaat se comenzó a apropiar del balón. Es un equipo que sabe qué hacer con el esférico y tiene jugadores capaces de moverlo con calidad, siempre con la portería de Petr Čech en mente.

2.- La superioridad numérica en el centro del campo de la República Checa no estaba siendo efectiva. Michal Bílek jugó con un 4-5-1 claro con la intención de quitar el balón al rival para no sufrir con su débil defensa, que se vio avasallada en la primera media hora del primer tiempo. Rusia, por su parte, jugaba con tres centrocampistas naturales, dos mediapuntas y un punta que se desplazaba por todas las partes ofensivas del campo, lo que daba versatilidad y movilidad al ataque ruso. Pero para dominar el esférico, Advocaat adelantó la posición de sus laterales, que se convirtieron en carrileros muy largos, lo que daba al equipo ruso un número superior de jugadores en la medular, sobre todo en la izquierda, donde Zhirkov fue muy incisivo.

3.- Rusia tenía que aprovechar su mejor juego para adelantarse en el marcador. En una de las muchas jugadas de combinación de los rusos, encontraron el hueco en la banda derecha, donde se incorporó Zyryanov para centrar. Remató Kerzhakov al palo, comenzando su aciaga noche (después fallaría hasta seis ocasiones más) y el rechazo sirvió para que Dzagoev fusilara a Čech. El gol sirve para analizar el trabajo de Zyryanov, el jugadorazo oculto del partido. La jugada nace de un robo del propio futbolista del Zenit en campo propio, dejando ocho jugadores checos por delante de la línea medular, y tras la cabalgada de Dzagoev, Zyryanov aparece en el pico del área para poner una rosca elegante y efectiva a la cabeza del ex delantero sevillista.

4.- En una competición como son las fases de grupos de Mundiales y Eurocopas, ponerse por delante en el marcador es un tesoro que conservar con todas las fuerzas. Eso lo sabía Advocaat, que mandó replegar a todos sus hombres. Hasta que la fuerza los acompañó, los rusos fueron capaces de montar contragolpes con una facilidad pasmosa, sobre todo teniendo en cuenta que defendían con dos líneas de cuatro y cinco jugadores en poco más de veinte metros delante de la meta de Malafeev. La velocidad de Dzagoev y Arshavin era inalcanzable para los checos a la hora de replegar, más aún cuando el ex Arsenal encontraba a sus compañeros con pases precisos sin necesidad de correr.

5.- Durante treinta minutos, los ataques checos carecían de creatividad. Tanto Plašil como Rosický apenas tenían en mente mandar balones a Baros, solo hasta el extremo en el ataque e incapaz de superar a los centrales rusos, ni siquiera a Berezutski, el más flojo de los dos. Cuando intentaron abrir el balón a la banda, optaban más a menudo por la derecha, donde Rezek y Gebre Selassie no estaban especialmente finos. Sólo hasta que decidieron buscar a Pilař en la izquierda encontraron algo de petróleo. Bueno, en la segunda parte estuvieron a punto de encontrar oro, pero el gol del futuro jugador del Wolfsburgo fue insuficiente ante el arreón final ruso. Aun así, creaba peligro con los balones altos ante una defensa rusa insegura que dudaba más de lo debido a la hora de despejar, carente de fuerza en el choque.

6.- Mientras los checos estaban atascados en el ataque, cada contragolpe ruso era una ocasión de gol. Era cuestión de tiempo que en uno de ellos llegara lo que a priori hubiera parecido la sentencia. Eso pensarían los miles de aficionados rusos desplazados a Wroclaw cuando Shirokov levantó sutilmente el balón ante la salida de Čech en lo que realmente fue un fallo en el control de Kerzhakov tras un excelente pase de Arshavin, inspiradísimo en los primeros 30 minutos, recordando al jugador que sobresalió en el 2008.

7.- La fuerte salida checa en la segunda parte se debió en gran parte al repliegue, quizás excesivo, que llevó a cabo Rusia. Conservar un 2-0 a favor en una fase de grupos de Eurocopa es absolutamente comprensible. Comenzar con tres puntos en el casillero permite que sumando otros tres en los dos partidos restantes se asegure pasar de ronda. El objetivo era seguir haciendo daño a la contra, pero el cansancio fue haciendo mucha mella en los Dzagoev, Arshavin y Kerzhakov, cada vez con menos velocidad y menos fuerza en la transición ofensiva.

8.- El partido olía más a empate que a tercer gol ruso. No es que el equipo de Bílek estuviera gozando de numerosas ocasiones, pero el dominio del balón fue absoluto y la confianza que daba la defensa rusa no era demasiada. Probablemente hubiera ayudado la salida de Baros del campo por un delantero que estuviera más fresco y, sobre todo, menos harto de estar sólo peleándose con la zaga rival.

y 9.- Pero el que cambió el ‘9’ fue Rusia y acertó de pleno. Sacó del campo a un desesperado y desatinado Kerzhakov y metió al que a la postre fue la figura del encuentro, Roman Pavlyuchenko. El hombre del Lokomotiv aportó en pocos minutos mucho más que su compañero del Zenit, sin menospreciar ni lo más mínimo el partido de trabajo y esfuerzo de Kerzhakov. Pero Pavlyuchenko estuvo más acertado y al poco de entrar recibió un rebote y dejó sólo a Dzagoev que volvió a marcar. Dos minutos después, demostró que es mucho más que un palo con piernas y tras marear a Hubnik con mil y un recortes, mandó el balón a la escuadra de la portería checa. Fin de la historia.

- Rusia – República Checa (Eurocopa, Grupo A). Estadio municipal de Wroclaw. 4-1 (Dzagoev, Shirokov, Pilař, Dzagoev, Pavlyuchenko).

- Fotos: Fotobank

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