sábado, 15 de septiembre de 2012

El Madrid y un sudor frío

Publicado en el Magazine de Martí Perarnau.


1.- El Real Madrid terminó la pasada temporada con apenas dos derrotas sufridas contra dos clubes vestidos de azulgrana que le privaron de aumentar el majestuoso récord de 100 puntos. Este curso, que apenas ha empezado, ya ha depositado en la casilla de partidos perdidos un ‘2’ que deja a los de José Mourinho con la impensable sensación de haber empeorado con creces una máquina apisonadora que parecía perfecta y a la que, además, se le ha añadido un complemento nuevo que debía mejorarla sustancialmente en los momentos complicados.

2.-
La prensa aplaudirá el desempeño de los jugadores madridistas, que dejaron hasta la última gota de sudor sobre el Pizjuán intentando remontar el gol de Trochowski. Ronaldo incluso derramó varias gotas de sangre a poco del final. Y será verdad, porque el Madrid no ha perdido en Sevilla por una falta de actitud de los hombres que dispuso el técnico portugués tanto al inicio del partido como después del descanso. De hecho, si hay algún miembro del equipo al que se pueda culpar es precisamente a Mourinho, superado hasta límites vergonzosos en la batalla táctica por un madridista histórico como ‘Míchel’.

3.- El entrenador madrileño sabe perfectamente que Cristiano Ronaldo, aunque su rostro no rezuma felicidad, puede destrozarte cualquier planteamiento con un disparo lejano o con una jugada personal. Pero aunque el portugués es un jugador sobresaliente, necesita tener a la espalda un equipo que trabaje con él y para él. Y eso fue precisamente lo que impidió Míchel con el 4-5-1 que empleó. Cinco centrocampistas cuyo trabajo era evitar que tanto Xabi Alonso como Özil recibieran cómodamente y, sobre todo, se giraran y tuvieran el frente sevillista de cara.

4.- En esas funciones, el trabajo de Medel y el propio Trochowski fue merecedor de medalla al mérito deportivo. Convirtieron a los playmakers del Madrid en sus sombras doquiera que fueran tanto ellos como los merengues, sin descuidar en ningún momento los espacios que quedaban vacíos con sus movimientos. A ello ayudaba la inestimable colaboración tanto de Rakitic como de Navas y Negredo. Estos se centraban en impedir que el resto de posibles enlaces de Xabi y Özil entraran en acción. Los madridistas, al no poder girarse, tenían que tocar hacia atrás y ahí se encontraban con que tanto Marcelo como los centrales estaban bien tapados, por lo que la única vía de escape era el patadón o Arbeloa, y huelga decir que esta última era poco productiva.

5.- A la asfixiante presión sevillista colaboró la aceleración inexplicable de los jugadores del Real Madrid. Desde que recibieron el gol sintieron un sudor frío recorriéndoles el cuerpo, un miedo a dejarse la Liga que les obligaba a remontar inmediatamente, jugando cada balón como si fuera el último de los noventa minutos. Ello generó tensión, choque, acción-reacción constante. La marrullería se apoderó de la primera media hora de juego, donde hubo más balón parado que posesión estricta de ninguno de los contendientes. Y en esas circunstancias, el que manda es el Sevilla. Sus jugadores son expertos en desquiciar rivales con ciertas tácticas tan legales como incómodas, como fingir faltas.

6.- El Real Madrid tiene varios jugadores a los que les cuesta un mundo adaptarse a un partido que se juega a tantas revoluciones. En el momento en el que hay dos o tres acciones polémicas con choques incluidos, Di María e Higuaín (Pepe parece que está aprendiendo poco a poco a tranquilizarse) se alteran, se ponen nerviosos y pierden el rumbo correcto hacia el que dirigirse. Especialmente agudo fue el caso del Fideo, que no solo estuvo cerca de ser expulsado en la primera parte, sino que además le impidió enganchar más de dos pases sin error. El Pipa fue el que peor se tomó el gol de Trochowski, porque al minuto de encajarlo soltó una coz a Fernando Navarro que bien pudo costarle el partido. El ex azulgrana tenía sed de venganza y quería devolverla, pero el que se la llevó fue Arbeloa. La situación no pasó a mayores.

7.-
La verdad es que era para tomarse bastante mal el gol encajado, no ya tanto porque fuera en el segundo minuto de encuentro, sino por el agujero tremendo por el que entró el alemán para rematar violentamente a la red el córner botado desde la derecha. El Real Madrid marcó al hombre, como suele hacer, y los sevillistas se colocaron bien pegados a la portería de Casillas, por lo que se generó un espacio enorme de tres-cuatro metros alrededor del punto de penalti. Por allí entró Trochowski, más solo que Tom Hanks en Náufrago.

8.- Ese gol cambió el transcurso del partido. Aunque la idea sevillista fue y hubiera sido la misma, es decir, presionar a los creadores de juego del Real Madrid, si los madridistas no hubieran sentido el miedo de la derrota desde tan temprano, habrían jugado con mucha más calma, Özil no se habría borrado del partido e incluso podría haber llegado el gol visitante y habríamos sabido si Cristiano sale de su dichosa depresión. Con viento a favor, el Sevilla jugó a placer, como más le gusta: presión, tensión y balones a Navas.
9.- El pequeño campeón del mundo es y será el eterno talón de Aquiles de Marcelo. Más aún si se le une a la pelea uno de su calaña, como Cicinho. Se entienden muy bien para llevar juntos solo unas semanas; saben cuándo desdoblarse y con ello evitaron que el lateral merengue subiera la banda en casi ningún momento. Es decir, que se cerraba la principal salida de juego madridista cuando Xabi está fuera de combate. De hecho, la situación era aún peor porque el que ayudaba a Marcelo en la banda era Khedira, lo que dejaba aún más solo a Xabi en el medio. Ya en la segunda parte, los balones largos a Navas generaron varias ocasiones de gol que bien podrían haber acabado con el sufrimiento tanto de la parroquia local como de los seguidores visitantes.

10.- La solución que planteó Mourinho a todos los males fue la introducción de Luka Modric tras la reanudación, además de la lógica salida de Di María, demasiado fuera de onda como para recuperarlo en el descanso. El croata salió bien al partido, enganchándose en los tres cuartos de campo, como la línea de enlace idónea entre Xabi y los de arriba. Hasta estrelló un balón en el palo. Pero cuando la medular sevillista rastreó su posición y estableció a su alrededor varios efectivos, la influencia del croata pasó de algo a nada. Así, Modric trataba de irse hacia campo propio, para alejarse de la presión, consiguiendo ser intrascendente en la creación y, sobre todo, en la definición.

11.- La única opción que le quedaba al Real Madrid era que alguno de los tres de arriba se inventara algo que sacara al equipo del atolladero en el que estaba metido. Higuaín era puro pundonor, entrega y sacrificio, pero con nula efectividad. Cristiano trató en varios momentos de hacer la guerra por su cuenta, eso cuando podía, porque tampoco es que recibiera demasiados balones como para ser trascendente. Mientras, Benzema iba a lo suyo. El francés se incrustó en la banda izquierda, desde donde le gusta partir hacia el centro, pero prácticamente no tocó ninguna bola en posiciones de peligro.

12.- El Madrid sale del Pizjuán a ocho puntos del Barcelona. Aunque probablemente la distancia con el máximo rival por el título no sea lo peor ahora mismo, sino más bien la sensación de no estar sabiendo rehacerse en partidos que se complican lo más mínimo. Lo mejor se lo llevó el aficionado al fútbol, que recuperó para la causa de la emoción los Sevilla-Real Madrid, históricamente duelos apasionantes, llenos de tensión, de entradas fuertes y de finales épicos, que se perdieron con las dos últimas goleadas blancas en Nervión. Ahora puede que Del Nido ya no recuerde qué le parece esta liga.

y 13.- El último punto de esta crónica es a título personal. Las diferentes marcas de ropa deportiva realizan diseños de indumentarias ‘modernas’ para aumentar las ventas, pero al menos en mí han encontrado un pequeño reducto de románticos tradicionales que no creen que ni el verde ni el rojo (ni siquiera el negro) representen al Real Madrid. En cambio, una segunda equipación violeta o azul respetaría los colores tradicionales del equipo merengue sin insultar su historia.

* Sevilla-Real Madrid (Liga BBVA, 4ª jornada) 15-septiembre-2012. Estadio Ramón Sánchez Pizjuán. 1-0 (Trochowski)

- Fotos: AFP – Real Madrid

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