lunes, 26 de marzo de 2012

APOEL y Metalist se ganan un hueco en la historia

(Publicado en Goal.com)

Chipriotas y ucranianos, con presupuestos muy inferiores al de los grandes clubes del continente, se han ganado un puesto en cuartos de final de Champions y Europa League.



Vivimos en una sociedad en la que sigue habiendo clases sociales, ricos y pobres, siendo los primeros de ellos los poderosos, los que tienen el control del mundo, dejando a los humildes poco margen de maniobra. Son los ricos los que toman las decisiones, las aplican y las disfrutan y son los pobres las que las sufren y padecen. Esta situación, como no podía ser de otra forma, se refleja en el fútbol desde hace muchos años. Los clubes con grandes posibilidades económicas fichan jugadores de clubes medianos o pequeños, incapaces de retener a sus estrellas con contratos multimillonarios que les tapen los oídos ante los cantos de sirena de los conjuntos ricos. Incapaces de competir con las superpotencias, los pobres se ven obligados a pelearse por las migajas que dejan los otros, o sea, luchar por las últimas plazas libres que den acceso a las competiciones continentales, si no es evitar el descenso su objetivo prioritario. Esa es la verdad del fútbol, pero parece que este año, los pequeños han decidido revelarse y comenzar a luchar con los más fuertes.

Los dos equipos de Manchester, el Inter de Milán, el Paris Saint Germain, el Tottenham… Muchos clubes con grandes recursos han sucumbido en las dos Copas de Europa que se disputan en la actualidad, bien por falta de intensidad, que no de calidad, bien por el buen hacer de otros equipos que, sin unos presupuestos estratosféricos han conseguido colarse entre los ocho mejores equipos tanto de la Champions League como de la Europa League en esta temporada. Cierto es que aún quedan muchos grandes equipos que lucharán hasta el final por alzarse con algún título, es lógico y normal, pero que sociedades como el Metalist Járkov o el APOEL de Nicosia estén donde están demuestra que  en el fútbol los millones no todo lo pueden.

Quizás el caso más destacado de esta edición de la Champions League sea el de los chipriotas, que se han colado en la antepenúltima ronda de la máxima competición continental por primera vez en su historia. Con un presupuesto de unos 9 millones de euros, el APOEL consiguió clasificarse para la ronda de grupos después de haber eliminado al Skënderbeu Korçë albanés, al Slovan de Bratislava eslovaco y al Wisła de Cracovia polaco. Un arduo camino que tenía como premio el lujo de disputar la Liga de Campeones, donde cabía esperar que fuesen eliminados a las primeras de cambio. Pero con un fútbol sin muchos alardes y con extrema efectividad, el APOEL fue sorprendiendo uno a uno de sus rivales y acabó líder de su grupo, por encima de rivales de peso como el Zenit de San Petersburgo, el Oporto y el Shakhtar Donestk, tres campeones de la Copa de la UEFA los últimos años. A una historia épica como la del APOEL no podía faltarle un héroe, un jugador que se convirtiera en leyenda del club. Dionisis Chiotis saltó a la fama mundial al detener dos penaltis en la tanda contra el Olympique de Lyon de los octavos de final y su nombre ya está grabado con letras de oro en la historia del APOEL. La lógica dice que despertarán de su sueño europeo en la próxima ronda, donde se verá las caras con uno de los dos claros favoritos al título, el Real Madrid, que tiene un presupuesto 55 veces superior a los chipriotas. Aun así, lucharán como lo han hecho hasta ahora, poniendo todo el corazón sobre el campo y, aunque caigan eliminados, se irán habiéndose ganado el cariño de toda Europa.

El idilio europeo del Metalist Járkov quizá sea menos conocida, por eso de jugar la Europa League, pero el mérito de los ucranianos no dista mucho del chipriota. En su país de origen son considerados un equipo humilde, contando en su palmarés con una sola Copa de la Unión Soviética, obtenida en 1988, y cuatro años después perdieron la final del torneo del KO de Ucrania. Al ser terceros la temporada pasada en Ucrania, el Metalist tuvo derecho a disputar la segunda competición europea por tercera vez en su historia. Tras caer en el curso 2010-11 contra sus compatriotas del Dinamo de Kiev en dieciseisavos de final, el equipo dirigido por Myron Markevych volvió a la Europa League con muchísimas ganas de revancha. En la primera ronda de play-off se midieron al Sochaux, que partía como claro favorito, pero los ucranianos vapulearon a los franceses en el estadio Golan por 0-4, demostrando que no iban a Europa de turismo. El Metalist mantuvo el mismo nivel de superioridad en la fase de grupos, donde no cedió ni una sola derrota ante AZ Alkmaar, Austria de Viena y el Malmö, siendo capaz de marcar 15 goles. La ambición de los ucranianos continuó en los dieciseisavos, donde dieron un auténtico repaso al Red Bull Salzburgo con un global de 8-1. Mucho más difícil lo tuvieron con el Olympiakos, que venía de estar muy cerca de clasificarse en la fase de grupos de la Champions. Los griegos consiguieron ser el primer equipo en derrotar al Metalist en esta Europa League, pero el 0-1 y la ventaja inicial en el marcador del partido de vuelta no fueron suficientes ante la fe y la fuerza de los ucranianos, que remontaron el encuentro en los últimos minutos, consiguiendo el pase para los cuartos de final. Su rival será el Sporting de Lisboa, quizás uno de los más asequibles, a priori, de los siete restantes. Si mantienen la intensidad demostrada hasta la fecha, el Metalist no habrá dicho aún su última palabra en Europa. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario