sábado, 15 de octubre de 2011

El Liverpool deja vivo al Manchester


Cada vez que desde ‘The Kop’ comienza a escucharse el You’ll never walk alone, a cualquier ser humano, futbolero o no, se le tiene que poner la piel de gallina. Y cuando el rival de los locales es el Manchester United, hasta los cimientos de Anfield tiemblan. Sir Alex Ferguson sabe casi mejor que nadie como jugar contra el Liverpool, ya sea en la ciudad de los Beatles, o en Old Trafford. Pero dejar en el banco a Nani, Rooney y ‘Chicharito’ Hernández parecía algo cercano al suicidio, sobre todo viendo que King Dalglish había dispuesto a prácticamente todo lo que tenía sobre el terreno de juego, incluso a su jugador franquicia, Steven Gerrard, que no era titular con los Reds desde marzo. Eso sí, también esperando su oportunidad fuera del césped estaban Henderson y Carroll.

Las rotaciones de Ferguson podrían comprenderse teniendo en cuenta que el United tiene que jugar el próximo martes su partido de la tercera jornada de la fase de grupos de la Champions League…. contra el Oţelul Galaţi. Cierto que no se debe menospreciar a ningún equipo del mundo y mucho menos cuando disputa la máxima competición de clubes, pero cabe la posibilidad de que el vigente campeón rumano no sea el principal rival de los Red Devils para meterse en octavos de final. Cierto que el United necesita los tres puntos en Europa, después de sólo sumar 2 de los 6 disputados, pero después del empate en Anfield puede ver cómo sus rivales ‘ciudadanos’ lleguen al derby de Manchester por delante en la clasificación de la Premier League. El riesgo que corrió Ferguson podría haber sido peor si el Liverpool hubiera conseguido generar ocasiones de gol con su dominio sobre el campo. No fue así. Luis Suárez estaba sacando de quicio a Rio Ferdinand, pero sólo pudo inquietar una vez a David de Gea, concentrado y acertado esta tarde en Anfield.

De Gea demostró durante el partido que está empezando a coger galones dentro del vestuario del United. Tiene que ser así, porque no siempre se ve a un recién llegado de tan sólo 20 echarle una bronca monumental a Ryan Giggs. La verdad es que el madrileño tenía toda la razón del mundo, porque el libre directo de Gerrard se coló por el hueco que dejó el galés en la barrera al abrirse hacia el exterior y besó las mallas del ex del Atlético. El gol red hacía justicia al juego visto sobre el verde e hizo reaccionar a un Ferguson al que le estaba saliendo mal su experimento. De hecho, se arrepintió al cien por cien, porque hizo entrar en el campo a Rooney, Nani y Chicharito. Estos dos últimos fabricaron el gol que salvó un punto para el United: Nani colgó un corner, Wellbeck peinó y Chicharito machacó con la testa a un desamparado Reina. Desde ese momento, con los tres cracks ya sobre el campo y a falta de quince minutos para el pitido final, los visitantes tenían todas las de ganar, pero fue Skrtel el que tuvo los tres puntos en sus botas, pero la volea tras varios rechaces casi rompe uno de los focos del estadio.

El United consiguió no salir mal parado y no perder demasiado de vista al City, además de tener descansadas a sus estrellas para el trascendental partido de Champions del martes. Por su parte, el Liverpool pierde una gran opción de recortar puntos con la cabeza… Por cierto, una reflexión: ¿Qué pensará Michael Owen cuando vea estos partidos desde la grada? ¿Con quién irá? ¿Con el Everton?

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