domingo, 5 de diciembre de 2010

Sobre el señorío


Lo normal, hasta hace poco tiempo, era que el Real Madrid fuera aclamado y vitoreado allí por donde disputaba un partido de fútbol. Daba igual quién formara parte de la convocatoria. Ya podían ser los Santillana, Juanito o Camacho, que los Figo, Zidane o Beckham, los aficionados rivales siempre los admiraban y respetaban. Sucedía también con la figura del entrenador. ¿O acaso Vicente del Bosque sólo es admirado ahora por todos por ganar el Mundial? Incluso Pellegrini caía bien, puede que sólo por su cara de pena, pero sin duda no despertaba ningún desprecio ni odio al equipo contrario. Pero todo esto ha cambiado.

El 'jeque' Pérez
Mayo de 2000. El Real Madrid presidido por Lorenzo Sanz gana la Octava Copa de Europa del club blanco. Tras 32 años de sequía europea, Sanz había llevado a su equipo a ganar la máxima competición europea dos veces en tres años. Poco después convocó elecciones a la presidencia. Todos daban, en un primer momento, como un obvio ganador al por entonces presidente, sin contar mucho con la alternativa: Florentino Pérez. Pero el presidente de ACS trajo una bomba bajo el brazo. Decía que había fichado a Luis Figo por 10.000 millones de pesetas. Y la intención de voto cambió como el estado de salud de los controladores aéreos, súbitamente. Florentino desbancó a Sanz. Ganó la cartera. Desde ese momento Florentino se convirtió en todo un icono mundial. Quería hacer del Madrid el mejor club del mundo y para ello tenía que contratar a los mejores del mundo, costase lo que costase. Como él mismo decía, tenía como objetivo rememorar a don Santiago Bernabéu, con una política de mezcla entre los más grandes del fútbol mundial y jóvenes valores de la cantera. Fue bien durante 3 años. Desde el 2003, Florentino continuó derrochando dinero fichando a grandes jugadores, como Beckham, Owen, Samuel o Baptista. Ninguno resolvió los problemas. El 17 de febrero de 2007, Florentino dice adiós. Deja al club hundido, sin posibilidad de reacción, limpiándose las manos. Durante los tres años que estuvo en la oposición, siempre criticó duramente la gestión de José Ramón Calderón, a pesar de que trajo dos ligas al Bernabéu tras tres temporadas sin títulos, ayudado en esta labor por su fiel amigo, Marca.
El Real Madrid perdió tirón social en favor de un creciente Fútbol Club Barcelona, que comenzaba a recordar a aquel conjunto que encandiló a Europa de la mano de Johann Cruyff. La gente ya no compraba camisetas, o al menos no tantas como antes. La antipatía que generaba aumentó con el descubrimiento de los chanchullos de Calderón en la asamblea del club. El juego limpio que caracterizaba al Madrid estaba de capa caída. Problemas en el vestuario. Jugadores que salen de fiesta más de la cuenta (Ronaldo, Sneijder...), Robinho se enfada con el club por el trato recibido en el verano de 2008 y tiene que ser traspasado; Schuster pierde un partido y lo justifica en que el árbitro era catalán y pretendía favorecer al Barcelona; eliminación tras eliminación tanto en Copa del Rey como en Liga de Campeones... El señorío... ¿dónde quedó el señorío del Real Madrid?

Floren 'II'
Hasta los chinos sabían que cuando Florentino se fue tras perder en Mallorca en 2007 era un 'volveré' en toda regla. Había que vender más camisetas, para que esos mismos chinos que sabían que volvería compraran las zamarras de Cristiano, Kaká, Casillas y... bueno eso es todo. Se quiera reconocer o no, Kaká ha sido un 'caso Woodgate' más grande que el cuello de Luca Brasi. El último año del crack brasileño en Milán fue lamentable y Berlusconi todavía está agradeciendo a Florentino los 67 millones que le soltó. Más o menos lo mismo, pero sin lesiones de por medio, es el caso de Benzema. Todavía está por ver el rendimiento de jugadores como Özil, Khedira o Pedro León. El caso de Cristiano es el colmo. Nadie discute (o no debería discutir) el potencial futbolístico del luso: su calidad es excepcional, goleador como pocos y con un hambre voraz. Pero tiene el dudoso mérito de caer mal a todo Cristo. Y no es que intente evitarlo, precisamente. Es un chulo como un 8. Su característica principal es mirar a los rivales por encima del hombro y digamos que habla un poco demás.
Mourinho es un poco parecido a Cristiano, será por lo de que son portugueses. Se cree superior a todos, por ejemplo cuando infravaloró a Massimiliano Allegri, entrenador del Milan. O con la polémica con Preciado. O por comparecer ante los medios de comunicación en el Bernabéu antes que el entrenador contrario.

En fin, la moraleja de todo esto es que el Real Madrid se está metiendo en arenas movedizas y cualquiera lo saca de ahí. Ahora parece que el cáncer del Madrid son Cristiano y Mourinho, a los que todos los estadios del mundo pitan y odian. Pero desde aquí no tengo miedo a afirmar que la culpa, principalmente, de este embrollo la tiene el señor Pérez.

¡Váyase señor Pérez, y no vuelva!

PD: Como diría un compañero: "Más Pipitas y Carvalhos y menos Cristianos y Benzemas".

No hay comentarios:

Publicar un comentario