jueves, 3 de junio de 2010

Reencontrar a Lass

Lassana Diarra en el partido de la Liga de Campeones contra el Milan

Lassana Diarra fue desde el día que llegó al Madrid un jugador muy importante. El equipo blanco no tenía un jugador de su corte desde que en 2003 se deshiciera de Claude Makélélé. Un centrocampista bajito pero ágil, rápido al corte y hábil en la distribución del esférico. Un verdadero pulmón en el centro del campo.

Aterrizó en Concha Espina el 22 de diciembre de 2008 y ya de primeras su nombre fue proscrito de su camiseta, porque ya estaba ocupado por Mahamadou Diarra. Desde entonces todos lo conocemos como Lass. En realidad, vino para suplir al malí, incluso cogió el número 6 que dejó vacante Mahamadou, que perdió su ficha después de la larga lesión que sufrió esa temporada. Pero Lass rápidamente se convirtió en algo más que un simple sustituto. En cualquier balón suelto aparecía Lass. Si el rival atacaba, Lass robaba el balón y lo repartía con criterio. Parecía incansable. Por eso se ganó el cariño del Bernabéu. Al final de temporada se especuló con la posible salida del malí por la fantástica temporada del francés, pero se decidió contar con ambos.

Durante esta temporada Mahamadou salió de su lesión y... siguió siendo el que era, un centrocampista destructor del juego propio. Lass, por su parte comenzó como un cohete el año futbolístico 2009-2010. Dos golazos ante Rosenborg y Deportivo le confirmaron como un fijo en el once de Pellegrini. Pero no ha sido el año de los Diarra. Lass, de repente, dio un increíble bajón tanto físico como táctico: perdía la posición, no se encontraba en el campo, perdía muchos de los balones que recibía... Es posible que el técnico chileno tenga parte de la culpa del bajo rendimiento de Lass. Y es que Manuel Pellegrini se empeñó en jugar con Lass en la banda derecha, de interior y, claro, no funcionaba. Probó poniéndolo delante de Xabi Alonso... claro, tampoco funcionaba. Parece que se le olvidó que Lassana Diarra se hizo importante en el Real Madrid por robar muchísimos balones... como mediocentro defensivo.

Y Lass cayó en el ostracismo. De repente, un jugador que un servidor dio por desahuciado, Fernando Gago, se hizo un hueco en el once titular blanco en detrimento del bueno de Lass, que se tuvo que conformar con los minutos de la basura de algunos partidos y a veces ni eso.

Es cierto que el Real Madrid lleva unos años en los que su característica principal es menospreciar a los jugadores de calidad con poco nombre o que salieron baratos. Michael Owen, Walter Samuel, Esteban Cambiasso, Samuel Eto'o (estos tres han sido piezas clave en el actual campeón de Europa, el Inter), Claude Makélélé, y más recientemente Klaas-Jan Huntelaar, Arjen Robben o Wesley Sneijder, por no nombrar a Higuaín, del que se ha dudado constantemente durante todos los años que lleva de blanco. Sin lugar a dudas, Lass estaba destinado a entrar en ese saco. No fue excesivamente caro (20 millones; teniendo en cuenta las salvajadas que paga Florentino, es barato), salió bueno y tuvo un bache, pues pa' dentro.

Lassana Diarra disputa un balón con David Silva en los cuartos de final de la Champions 2007

José Mourinho tiene ahora una papeleta. Fue su primer valedor cuando se lo trajo al Chelsea en 2005, pero un tal Mickael Essien y un tal Makélélé le cerraron el hueco de la titularidad. Es un jugador del estilo de Mou, un mediocentro defensivo puro, fuerte, rápido, contundente. Quizás un poco bajo, pero muy útil para el portugués. Mourinho debe reencontrar al mejor Lass. Debe darle la confianza que necesita y colocarlo en su lugar del mediocampo. Puede ser lo más parecido que tenga en el Madrid a Essien.

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