miércoles, 15 de septiembre de 2010

El síndrome Redondo


Fernando Redondo fue, con Raúl, los dos pilares del Madrid de la Octava

Mucho se está hablando este final de verano sobre la cantidad de defensas centrales que han pasado por el Real Madrid, en un intento por hacer olvidar la figura del gran capitán, Fernando Hierro. Nada menos que ocho han sido los fichajes de Florentino Pérez y Ramón Calderón en esa demarcación (a saber: Samuel, Woodgate, Cannavaro, Metzelder, Pepe, Albiol, Garay, Carvalho), a parte de los fiascos salidos de 'La Fábrica' (Pavón, Raúl Bravo y Mejía).

Pero no menos defectuoso ha sido cubrir la marcha de otro jefazo del vestuario madridista. Fernando Redondo llegó a Madrid en el año 1994 y se consagró, desde su primer partido, como el líder de la medular merengue. Jugador elegante, pero laborioso a más no poder, su labor de contención era aplaudida y admirada por la parroquia blanca. Redondo fue fundamental en las dos primeras Ligas de Campeones conseguidas por el Real Madrid en su última época gloriosa. O con Seedorf, o con Karembeu o sólo, Redondo era el mejor en su puesto. Todavía brilla en la retina de muchos madridistas aquel taconazo que dejó boquiabierto a Henning Berg en aquel 2-3 en Old Trafford.




Raúl marca el 0-3 tras el majestuoso taconazo de Redondo contra el Manchester United en el 2000


Después de la Octava, llegó Florentino Pérez con un Figo debajo del brazo y, como pasó el año pasado, tenía que hacer caja tras dejar en las arcas del Barcelona 10.000 millones de las antiguas pesetas. En ese momento Berlusconi acudió raudo y veloz al Bernabéu y ofreció 3.000 millones por el mediocentro argentino. Y claro, el hoy presidente blanco no puso ningún impedimento. Contra su voluntad, Redondo ponía fin a seis años de comunión con el madridismo. Durante unas semanas después de la venta de Redondo, podían oírse cánticos de los aficionados tipo: "¡¡Figo no, Redondo sí!!" Pero lo hecho, hecho estaba.

Hierro y Makelele pelean por un balón con Linke y Effenberg en los cuartos de Champions del 2002

Comenzaba la terrible búsqueda de un sustituto. Ese mismo año se contrataron a tres centrocampistas procedentes de equipos gallegos: Flavio Conceiçao, del Deportivo y Albert Celades y Claude Makelele, del Celta de Vigo. Sólo este último consiguió asentarse en el equipo. Bueno, bastante más que asentarse. Makelele representaba lo que era Redondo para el Madrid. Robaba innumerables balones, parecía no cansarse nunca. Le faltaba quizás la técnica del argentino, pero su lucha y sus ganas de ganar eran indiscutibles.

Al año siguiente, a estos tres jugadores se les unió una joven promesa argentina de la cantera blanca, Esteban Cambiasso. Había estado cedido en Independiente y River Plate y había deslumbrado al país de la Pampa. Pero nunca tuvo un peso importante en el equipo y dos años después fue traspasado al Inter de Milán, donde lleva seis años siendo un líder.

Gago, Lass, Diarrà y Xabi Alonso, cuatro de los 'sustitutos' de Redondo

En 2003, Makelele era para el Real Madrid un jugador tan importante como Figo, Zidane, Ronaldo o Raúl, por lo que el jugador francés quería que sus emolumentos fueran parecidos a los cracks blancos. Pero Florentino no estaba por la labor. Quien sí resultó estar por la labor fue el dueño del Chelsea, Roman Abramovic, que pagó cerca de 25 millones de euros por el mediocentro. De esta manera, se iba el único de los que hasta ahora se ha parecido al gran Redondo. Desde ese día, han sido muchos los que han intentado suplir a estos dos cracks: Pablo García, Emerson, Mahamadou Diarrà, Fernando Gago, Lassana Diarrà, Xabi Alonso y Sami Khedira. En total, once jugadores del mismo estilo han pasado por el Bernabéu con la intención de hacer olvidar los buenos años de Fernando Redondo en el Real Madrid. No le será fácil a los que aún siguen en el equipo parecerse a la figura del argentino.

domingo, 12 de septiembre de 2010

¿Qué sentido tiene?


  • ¿Qué sentido tiene eliminar de tu vestuario a un grupo de jugadores consolidados, que han dado o darán un gran rendimiento, como es el caso de los holandeses del Real Madrid?

Los cinco holandeses del Madrid, antes de la llegada de Huntelaar

La única explicación que le encuentro al hecho de que la 'nueva' directiva del Real Madrid haya fulminado de casi un plumazo a los seis futbolistas de los Países Bajos de la plantilla, es que todos habían sido fichados por el anterior ejecutivo presidido por Ramón Calderón. No cabe duda de que en el caso de Royston Drenthe, el sentir del madridismo es unánime: debió salir antes, por no decir que nunca debió venir. Pero los otros cinco holandeses tenían hueco en el Real Madrid. Robben y Sneijder, sin ir más lejos, optan claramente al FIFA Balón de Oro de este año, después de haber llegado a la Final de la Champions, la final del Mundial y en el caso del medio del Inter, lograr la Triple Corona. Y no sólo eso, sino que han sido fundamentales en sus equipos.
Si al Madrid, por tradición en los últimos años, le sobra algo, son mediapuntas. Pero no creo que sobrara Rafael Van der Vaart. El bueno de Rafa siempre aportaba algo: claridad en el pase, velocidad en la circulación y goles decisivos.
El caso de los delanteros es discutible, sin duda. Pero ¿quién me va a negar que Van Nistelrooy no aportaría esa dosis extra de goles desde el banquillo que pide Mourinho? Seguramente a Ruud no le molestaría ser suplente y jugar sólo de vez en cuando. Huntelaar, por su parte, es un jugador que demostró que, si se le dan oportunidades, marca muchos goles. Jugó poco y se fue con 8 tantos bajo el brazo. Ustedes verán...

  • ¿Qué sentido tiene vender hace un año a dos jugadores porque hacía falta 'cash' y justo un año después buscar, encontrar y fichar a otros jugadores, por el mismo precio y que juegan en la misma posición?
Robben y Sneijder lucen las elásticas de sus nuevos equipos

Seguimos con el caso 'Holanda'. Hace poco más de un año, el Real Madrid había acometido la mayor inversión de su historia, con los fichajes de Cristiano Ronaldo, Kaká, Benzema y compañía. Resulta evidente que era necesario hacer algo de caja para soportar el gasto realizado. Entonces, la directiva tomó una decisión drástica: traspasar a Arjen Robben y Wesley Sneijder. Por el extremo se obtuvieron 25 millones; por el medio, 15. Se perdieron 23 millones, la diferencia entre el montante del fichaje y el montante de la venta. Sin ellos el Madrid perdió verticalidad y fluidez. Así que una vez acabada la campaña, se vio necesario buscar jugadores de las mismas características. Así que se aprovecharon los 25 millones del traspaso de Robben en el fichaje de Ángel Di María; y los 15 del traspaso de Sneijder en el fichaje de Özil. Son dos jugadores con calidad y jóvenes... algo parecido a lo que eran Robben y Sneijder, con la diferencia de que estos últimos ya estaban consagrados.

  • ¿Qué sentido tiene apostar por la 'cantera' española y fichar, además, a otros jugadores que ocupan la misma posición en el campo?
Özil y Canales luchan un balón con Peña en el Hércules - Real Madrid

Tras varios partidos extraordinarios de Sergio Canales en el Racing, el Real Madrid puso el dinero sobre la mesa para contratarlo. Se veía como una apuesta del equipo blanco por lo español, por lo joven. Y en la pretemporada, después de asegurarse su continuidad en el equipo, Canales se ganó la titularidad. Pero supongo que al Madrid le pareció que se había gastado poco dinero y además, en un hombre con poco nombre. Así que tenía que ir a por la estrella del Mundial. Como ya hiciera en 2002, fichando a Ronaldo, y en 2006, con la incorporación de Cannavaro, el Madrid necesitaba en este 2010 el crack del Mundial. Ese era el alemán Mesut Özil, que juega exactamente en la posición de Canales. Así que apuesten por quién jugará más este año...

  • ¿Qué sentido tiene gastarse 50 millones más Eto'o en Ibrahimovic y echarlo por la puerta de atrás al año siguiente?
Ibrahimovic, a su llegada al aeropuerto de Milán - Malpensa

No voy a entrar a juzgar la actitud del 'filósofo' Guardiola con Zlatan Ibrahimovic porque, sinceramente, la desconozco. Pero no deja de ser curioso que no tenga buen 'feeling' con Eto'o y lo quiera fuera de su equipo después de haber realizado la mejor temporada del Barça en la historia con más de 30 goles y, para reemplazarlo, se gaste una millonada en el sueco que, vaya por donde, tampoco le cae bien. Tampoco voy a defender al delantero de origen bosnio, porque tiene toda la pinta de ser un chulo hecho y derecho. Pero ha metido 21 goles oficiales que, si los sumas a los 47 de Lionel Messi, creo que se convierten en una grandísima cantidad de puntos. En mi humilde opinión, no se le podía pedir más a Zlatan. Marcaba, asistía, se desmarcaba... Parece extraño, pero le vino mal tener al lado al mejor del mundo.


Hasta aquí la primera edición de ¿Qué sentido tiene? En próximas ediciones veremos más dudas inexplicables del mundo del fútbol.

martes, 20 de julio de 2010

Los fichajes del Barça


Por todos los que amamos el fútbol es sabido que cada uno de nosotros lleva dentro, durante la temporada, un pequeño entrenador, que haría jugar a los jugadores según nuestro criterio personal, y los colocaría como a nosotros nos parece. También tenemos un pequeño seleccionador que en época de Mundiales y Eurocopas decide cuál sería la lista que nos llevaríamos a dicha cita balompédica. Y en verano, como no puede ser de otro modo, tenemos un pequeño ojeador y un director deportivo que decide los fichajes que haríamos para nuestro equipo.

Dani Alves muestra el escudo del Barcelona el día de su presentación

En este caso, nos vamos a centrar en este último, el ojeador. Más precisamente, en el ojeador que yo llevo dentro. Hace bastante tiempo que dije a mis amigos, tertulianos de interminables conversaciones sobre fútbol, que el Real Madrid debía fichar a Dani Alves. Es un jugador que, sinceramente, me cae gordo, pero porque nunca ha jugado en mi equipo. Es de los mejores del mundo en su posición, sin duda. Estuve todo un verano insistiendo (interiormente, claro) a Ramón Calderón para que trajera al '4' del Sevilla. Pero nada, no pasó nada, se quedó en Nervión. Al año siguiente, fue el Barcelona el que se interesó por su fichaje y, sin ningún quebradero de cabeza, acabó en Can Barça, convirtiéndose en uno de los principales pilares sobre los que se asentó el hexacampeón.

David Villa posa en el Camp Nou cuando se oficializó su fichaje

Un año después del intento infructuoso de Calderón por fichar a Alves, me surgió otra necesidad. El Madrid debía fichar a David Villa. El ex presidente blanco probó por todos los medios traerse al gran delantero de Tuilla. Ofreció diferentes tipos de trueque, pero nada, no hubo opción y el máximo goleador del Mundial se quedó en Valencia. El caso de Villa ha sido más doloroso según pasaba el tiempo, porque cada vez parecía más cercana su llegada a Concha Espina, pero no era nada más lejos de la realidad. El verano galáctico, el pasado, en el que el actual presidente madridista se gastó más de 200 millones de euros para no ganar nada, el diario Marca anunciaba en su portada la contratación de David Villa por el Real Madrid. De hecho, decía que el Madrid había conseguido un triplete, por los fichajes de Kaká, Cristiano Ronaldo y Villa. Pero no era real, Villa siguió en Mestalla. Hasta hace poco. Como quien no quiere la cosa, llegó Joan Laporta, en sus últimos días como presidente del Barcelona y ofreció 40 millones por el asturiano. Llorente, presidente del Valencia, aceptó y Villa acabó vistiéndose de azulgrana. Otro fichaje soñado para el Madrid que acaba en el Barcelona.

Adriano estrecha la mano de Sandro Rosell en los aledaños del Camp Nou

Pero la gota que colma el vaso es Adriano. Pocos me han oído hablar de esto, pero llevo tiempo pensando que Adriano habría sido un gran fichaje para el Real Madrid. Al equipo de Mourinho le falta un lateral izquierdo de garantías. Además, el brasileño es de los jugadores más polivalentes que hay en el mercado y no está exento de calidad individual. Veo como el Madrid se interesaba por el tal Van der Wiel, por Kolarov, por Maicon... Adriano es bueno, bonito y barato. Yo, como pobre inocente que sólo se entera de las cosas por la prensa deportiva nacional, no pensaba que Adriano fuera a moverse del Sevilla. Pero de repente, Rosell sorprende a todos y ficha al lateral-mediocampista. Gran acierto por su parte, sin duda alguna. Ahora tendrá un suplente de lujo tanto para Alves como para Abidal.

En fin, yo no digo que sea un grandísimo ojeador y que deberían echar a Valdano para ponerme a mí. Con ésto sólo estoy queriendo decir que la mejor liga del mundo, señoras y señores, es la nuestra. Por lo tanto, aquí están los mejores jugadores del mundo, los que hay que fichar si se quiere ser el mejor. Ni Kolarov, ni Müller, ni Özil. Jugadores en España, por favor. En resultado está claro.

miércoles, 7 de julio de 2010

Mundial de Sudáfrica 2010


(Hoy abrimos la veda a la participación de los colaboradores en La Línea de Cal. Sosiegas nos ofrece su especial visión sobre el Mundial de fútbol.)
Por Manuel Antonio Fernández Reinón
El fútbol
Ganar o perder es cuestión de un detalle afortunado. Jugar bien, no. Jugar bien tendría que ser innegociable. Lo peor de perder es la odiosa sensación de vacío. Y como perder es una posibilidad real, jugar bien es lo único que asegura una modesta satisfacción incluso en la desgracia.{1}
No empezaré con ninguna novedad. Este Mundial ha sido pobre futbolísticamente, si entendemos lo futbolístico como muestra armónica de varios factores, entre ellos el talento, el espectáculo y la efectividad.
Cuando sólo uno de ellos es considerado importante, el fútbol deja de serlo un amplio porcentaje, y rara vez el sacrificado no es uno de los dos primeros. El querer asegurar la victoria a toda costa provoca una obsesión por no encajar goles, lo cual hace olvidar que, para ganar, hay que marcar más que el otro. El fútbol ofensivo se relega a lo espontáneo, a lo anecdótico, a la ocasión excepcional, para centrarse únicamente en la rigidez defensiva y en no correr riesgos. Esto no favorece que el talento fluya, se muestre, y por tanto el espectáculo es totalmente inexistente.
El problema radica en la mentalidad resultadista que, si bien pudiera ser ligeramente comprensible en los entrenadores, pues éstos tienen el deber de conseguir resultados, es totalmente suicida en los autodenominados “aficionados al fútbol”. El aficionado a un deporte quiere ver las cualidades, las habilidades y la técnica necesarias para llevarlo a cabo satisfactoriamente, no una liturgia sosa y aburrida de movimientos que no sólo anulan el propio juego, sino que pretenden anular la intención del contrario por llevarlo a cabo.
Pero el discurso ya está servido y masticado. El fútbol bonito es una quimera, cosa de románticos que viven alejados de la implacable y dura realidad. Lo que importa es ganar, ganar, ganar… aunque el modo en el que se gane deje de importarle a nadie. Se me ocurre un claro paralelismo con la evolución de la música, ya que todo arte es muestra del estado y contexto en el que se desarrolla. Los mismos factores que valoro en el fútbol fueron los que durante cierto tiempo constituyeron la columna vertical de la música, factores que hoy en día se han relegado a excepciones con la excusa del resultado: ganancia inmediata, negocio fácil. Mirad, si no lo creéis, quiénes han hecho las canciones oficiales del Mundial. This time for Africa, dicen, como si los beneficios fueran a quedarse para las gentes de allí...
En definitiva, esto es lo que se ha visto en este Mundial. Un fútbol poco apetecible para aficionados conformistas (sí, esos que terminan aplaudiendo un despeje bien hecho porque no hay ninguna otra cosa que aplaudir). La excepción la conforman precisamente quienes se van a ver las caras en la semifinal de hoy: Alemania y España. Esperemos que, como parece, el balón (por defectuoso que sea) aprecie más a quien lo mima que a quien lo maltrata, luzca la bandera que luzca.
El meta-fútbol
En los alrededores de lo que he comentado más arriba es donde se mueve todo lo que realmente importa en el fútbol profesionalizado. Muchos, como expresan Eduardo Galeano y otros tantos {2}, nos sentimos extraños y disgustados con nosotros mismos al disfrutar algo cuyo fondo huele tan mal. Y es que el fútbol es el espejo donde se refleja claramente el estado del mundo.
“El espectáculo entendido en su totalidad es a la vez el proyecto y el resultado del modo de producción existente. No es un suplemento del mundo real, una decoración sobreañadida. Es el núcleo del irrealismo de la sociedad real. Bajo todas sus formas particulares –información o propaganda, publicidad o consumo directo de diversiones– el espectáculo constituye el modelo actual de vida socialmente dominante. Es la omnipresente afirmación de una opción ya efectuada en la producción, es su consumación consecuente. La forma y el contenido del espectáculo son, del mismo modo, la justificación total de las condiciones y de los fines del sistema existente.”{3}
Guy Debord, en su obra La sociedad del espectáculo, ya nos explicó el método por el que funcionan las cosas bajo el prisma del capitalismo y su hijo mayor, el productivismo. Ciertamente, el fútbol no escapa a esa dinámica, más bien la refuerza y nos sirve como auténtico paradigma de ella. El fútbol hace más por el patrioterismo que cualquier guerra histórica; la apatía, la ceguera y el conformismo políticos son apuntalados por una sociedad del espectáculo en la que el fútbol y todo lo que le rodea en los medios y los mercados es parte ejemplar.
El Campeonato del Mundo de Fútbol recrea un escenario que sirve de estrategia a los Centros de Poder (empresas multinacionales, centros financieros, conglomerados mediáticos…) para asentar unas relaciones de jerarquía y dominación que representan y reactivan prácticas por las cuales se genera un imaginario colectivo que cimenta las bases de una identidad individual y colectiva que da salida a una lógica sociocultural que permite inscribirse en la mitología diseñada por la élite capitalista.{4}
http://img710.imageshack.us/img710/7901/futebolhorror.jpg
Los idolatrados y multimillonarios jugadores que compiten, los infelices negritos que se divierten con cualquier cosa y bailan y tocan las trompetas, las mujeres cumpliendo fielmente su rol de animadoras del cotarro jugando su propia competición {5}, y tantos etcéteras agregables.
"Junto con la televisión, es la suprema solución al inveterado dilema de nuestros amos políticos: ¿qué hay que hacer con ellos –nosotros–, cuando no están trabajando?" {6}
Realmente, quien esté cómodo en este sistema de cosas dará más importancia la primera sección de este escrito que a la segunda. Cada uno es como es, dicen…
Notas
1: El abrelatas (artículo en El País)
2:
¿El opio de los pueblos? / Copa del Mundo: ¿diversión o maniobra diversiva de masas?
3 y 4:
El Camponato del Mundo de fútbol analizado en Decrecimiento.org
5:
Las novias de los futbolistas calientan motores / Larissa Riquelme sigue rentabilizando el Mundial / cualquier galería fotográfica del Mundial
6:
El fútbol, ese leal amigo del capitalismo

martes, 6 de julio de 2010

Alemania, o la misma historia de siempre



Mesut Özil, en un partido de la selección alemana

Un sabio del fútbol dijo una vez: "El fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y gana Alemania". Y la verdad es que no iba mal encaminado. De las 18 ediciones disputadas de la Copa del Mundo, Alemania ha jugado la final en siete ocasiones, siendo el que más ha jugado, junto a Brasil, con la diferencia de que la Canarinha no ha jugado nunca tres finales consecutivas, algo que sí hizo Alemania: en 1982 perdió la final contra Italia en Madrid; cuatro años después se repitió la historia en México'86 contra la Argentina de Maradona; pero en 1990 se resarció ganando su tercera estrella ante los argentinos en Italia.

Joachim Löw ha conseguido armar un equipo capaz de jugar muy bien al fútbol

Pero lo curioso es que Alemania, normalmente, no entra en las quinielas de casi nadie para hacer algo importante en las competiciones de naciones. ¿Quién daba un duro porque Alemania llegase a la final de Viena? ¿O quién hubiera apostado porque esta joven e inexperta selección germana estuviera donde siempre, en semifinales? Seguramente, unos cuantos locos. Pero ahí están. Y no porque estén haciendo el típico juego alemán, rocoso y fuerte, sin muchos alardes. Más bien todo lo contrario. Esta selección dirigida por Joachim Löw se caracteriza por el toque, por las jugadas rápidas y bien hiladas y por la velocidad. Las nuevas perlas alemanas, Mesut Özil y Thomas Müller han dado al equipo algo que no tenía con el capitán, Michael Ballack: rapidez, profundidad y gol. Además, la nueva situación en el mediocampo de Bastian Schweinsteiger aporta la misma pegada de Torsten Frings, pero con la soltura que da a ese puesto un interior reconvertido.



Jens Lehmann ve como entra el balón de Torres en la final de la Euro'08

Alemania - España, dos años después
Otro gran sabedor de esto del balompié afirmó que cuando Alemania juega mal, llega a la final, y cuando juega bien, la gana. Desde el momento en el que el balón de Villa dejó de dar en los postes para convertirse en gol, deseé que esa frase no se convirtiese en realidad. España tiene ante sí la oportunidad de convertirse definitivamente en una grande del mundo del fútbol. Porque es cierto que estamos todos muy contentos de jugar la semifinal de un Mundial por primera vez, pero como bien dijo el máximo goleador de la competición, David Villa, si no ganamos la Copa, no hemos hecho nada.

Para España, jugar contra Alemania recuerda a Viena. Nos trae un rico olor a Eurocopa, a cita con la Historia, al momento de matar a los fantasmas y sentirnos grandes. Pero mucho ha cambiado en tan poco tiempo. Sobre todo Alemania. Como se ha comentado, ya no es ese equipo lentorro, aburrido y previsible. Ahora es la que mejor está jugando, algo que se le presuponía a la selección de Vicente del Bosque. Que no seamos nosotros los que mejor estamos jugando tiene una doble visión, una positiva y una negativa. La positiva es que ninguno o muy pocos campeones del mundo ganaron la Copa jugando de manera atractiva, haciendo muchos goles y dando espectáculo. La negativa, es que esa tendencia pareció cambiar en la Eurocopa, porque en esa edición si ganó el que mejor jugó.

Un apunte más. Históricamente, los campeones siempre han tenido una eliminatoria sufrida hasta la prórroga o los penaltis... quién sabe si será el partido del miércoles (aunque con los tres penaltis que se vieron contra Paraguay la verdad es que debería bastar).

jueves, 3 de junio de 2010

¿Tan malo es Zlatan?


Muchos son los que este año han criticado a más no poder al sueco del Barcelona. Que si es lento, que si no marca, que si no sirve para el juego de Pep... Chorradas.

Zlatan Ibrahimovic es de lo mejor que hay ahora mismo en el panorama futbolístico. Es dificilísimo ser tan completo como el sueco-balcánico. Y es que a Ibrahimovic no le falta ni una sola de las cualidades que se le piden a los mejores jugadores del mundo: es rápido, es muy ágil a pesar de rozar los dos metros, tiene unas cualidades técnicas al alcance de muy pocos (sólo os recuerdo, por ejemplo, la asistencia de tacón a Pedro contra el Mallorca), tiene gol y buen juego en equipo. En cierto modo, es normal que se critique su rendimiento después de haber costado unos 80 millones de euros (50 más Eto'o), pero la parroquia culé debe recordar que es un año de adaptación. Zlatan acaba de llegar de Italia y no es fácil adaptarse al cambio de fútbol. De hecho, recuerdo muy pocos (Panucci, Seedorf, Roberto Carlos y poco más) futbolistas que venidos del país de los Apeninos a nuestra tierra hayan hecho un gran primer año.
(Imagen: Zlatan Ibrahimovic en su debut con el Barcelona en el Trofeo Joan Gamper contra el Manchester City)




Asistencia de tacón de Ibrahimovic para que Pedro marcara ante el Mallorca

A pesar de las críticas, los números de Ibrahimovic en el Barcelona no son de un delantero mediocre, como se le ha tildado. 21 goles en todas las competiciones son un grandísimo aporte, teniendo en cuenta que tiene al lado al mejor del mundo, Lionel Messi, que ha marcado más de 40. Ya son 60 goles entre sólo dos futbolistas, sólo igualado por la dupla formada por Cristiano Ronaldo e Higuaín en el Real Madrid, que entre ambos han anotado 62 goles. La temporada de Ibrahimovic se tiene que ver en términos generales, no por sus últimos partidos. Todo el mundo tiene una mala racha... y todo el mundo tiene mala memoria. Porque yo no sé por qué la gente ha olvidado que Ibrahimovic empezó marcando al menos un gol en las cinco primeras jornadas, que entró en el partido contra el Madrid en el Camp Nou y marcó el gol de la victoria para el Barça.

David Villa, el día de su presentación como jugador azulgrana

La llegada de Villa puede echar a Ibrahimovic del Barcelona. Porque el Guaje es un delantero centro, un matador de área y no podría jugar con Ibrahimovic comiéndole su terreno y desperdiciar a Villa en una banda sería un sacrilegio futbolístico. El nuevo presidente culé tendrá la última palabra, pero si decide vender, se estará convirtiendo en un Real Madrid de la vida, es decir, tienes a un jugador que te hace una temporada relativamente buena y fichas a otro por un pastón para hacer lo mismo. Ellos sabrán.

La Canarinha más floja desde el 94


Luis Fabiano, Robinho y Kaká celebran un gol a Uruguay en la fase de clasificación para el Mundial

Diga lo que diga la gente, Brasil no es la de siempre. Le falta punch, le falta toque, le falta calidad... Sí, vale, sigue teniendo estrellas, pero cada vez menos. No me pueden comparar a Robinho con Ronaldinho, ni a Luis Fabiano con Ronaldo, ni siquiera con Adriano, ni podemos comparar a Kaká con el mejor Kaká.

Brasil ha perdido fuerza y calidad en todas las líneas, excepto la portería, donde ha salido ganando de forma impresionante con la llegada a la titularidad del arquero del Inter de Milán, Júlio César. La Canarinha no tendrá que soportar más las continuas cantadas de Dida, porque ahora cuenta con un guardameta de absoluta confianza. Pero no está lo bien cubierto que podría. Lúcio sigue siendo Lúcio, con todas sus consecuencias: es contundente atrás, lo gana todo por alto, pero sigue perdiendo muchos balones con sus salidas al ataque como pollo sin cabeza. Acompañado por Thiago Silva gana algo de serenidad defensiva, pero al joven central del Milan todavía le falta madurez.

Pero quizá la defensa no sea lo más flojo de Brasil, más que nada porque cuenta con los dos mejores laterales derechos del mundo, Maicon y Dani Alves. Lo malo que tiene, es que uno de los dos no jugará, a no ser que Dunga opte por recolocar a Alves en el interior, todo es posible.

Felipe Melo, con la Copa Confederaciones conquistada el año pasado ante Estados Unidos

Lo peor de Brasil es el centro del campo. Elano, Felipe Melo, Baptista, Josué... no están ni cerca de ser considerados de los mejores del mundo. Cierto es que el juego de los brasileños nunca fue muy destacado por su paso por el medio del campo, pero no son los Mauro Silva, Emerson, Zé Roberto que encumbraron a Brasil. Y Gilberto Silva no es el que deslumbró en el Arsenal a media Europa.

En definitiva, que si Brasil tiene que confiar en las bicicletas de Robinho y en los goles de Luis Fabiano o Grafite, podemos estar tranquilos. Pero claro, luego vendrán, verán y vencerán. Para algo son Brasil, los dueños del Mundial, los únicos con 5 títulos...